La vida de la libélula
viernes, 28 de febrero de 2014
Te siento como.
Te siento.
Como un pellizco en el estomago,
y un escalofrío en mi alma.
Como una prolongación de tu cuerpo en mi cuerpo,
como la parte del mundo que solo necesito.
Como el silencio interior, para poder oír la lluvia...
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